lunes, 1 de diciembre de 2008

Acción - In-acción

Estamos inmersos en tiempos de cambio, de crisis que van más allá de nuestra capacidad de pensamiento. Las certezas cada vez duran menos, sobre todo las que tienen que ver con el mundo externo, que está teniendo una velocidad acelerada, quizás menos humana. Entonces buscar y cuidar los momentos de reparo y descanso es sabio pues es estar presente con lo que nos está pasando. Es empezar hacer espacio, experimentarlo, retirarnos y contemplar lo realizado.

A veces la intimidad necesitamos vivirla en soledad otras, es buscar compañía que sepa acompañar y vivienciar estos momentos con calidez y comprensión.En este sentido me gusta utilizar el ejemplo de comer, ya que implica dos tiempos y actos distintos: El primero es definitivamente participativo y activo. Registrar el hambre (atención y escucha), buscar el alimento (calidad, gusto, salud y cuidado) que nos conforme. Luego deviene la búsqueda del alimento que más se acerque a nuestras necesidades. Participamos así en un doble movimiento el interno (registro) y externo (búsqueda).Una vez que encontramos lo que teníamos ganas de comer, llevamos el alimento a la boca, lo degustamos y por ultimo lo masticamos. En esta etapa tenemos que estar alertas y activamente conscientes.

Estamos inmersos en tiempos de cambio, de crisis que van más allá de nuestra capacidad de pensamiento. Las certezas cada vez duran menos, sobre todo las que tienen que ver con el mundo externo, que está teniendo una velocidad acelerada, quizás menos humana. Entonces buscar y cuidar los momentos de reparo y descanso es sabio pues es estar presente con lo que nos está pasando. Es empezar hacer espacio, experimentarlo, retirarnos y contemplar lo realizado. A veces la intimidad necesitamos vivirla en soledad otras, es buscar compañía que sepa acompañar y vivienciar estos momentos con calidez y comprensión.

En este sentido me gusta utilizar el ejemplo de comer, ya que implica dos tiempos y actos distintos: El primero es definitivamente participativo y activo. Registrar el hambre (atención y escucha), buscar el alimento (calidad, gusto, salud y cuidado) que nos conforme. Luego deviene la búsqueda del alimento que más se acerque a nuestras necesidades. Participamos así en un doble movimiento el interno (registro) y externo (búsqueda).

Una vez que encontramos lo que teníamos ganas de comer, llevamos el alimento a la boca, lo degustamos y por ultimo lo masticamos. En esta etapa tenemos que estar alertas y activamente conscientes.

Luego comienza el segundo momento que si bien es participativo ya no es consciente o voluntario aunque si seguimos procesando y participando. El alimento ya masticando recorre nuestros túneles interiores hasta el estomago que selecciona lo útil y lo no útil, y dependiendo del caso lo asimila o lo expulsa. Por más que hagamos esfuerzo y gritemos "vamos esófago hacé tu trabajo" o "estómago realizá la digestión" el sistema digestivo va a actuar para lo que está programado independientemente de nuestras órdenes y gritos desesperados.

Si cuidamos la parte que nos tocaba es tiempo de soltar, de dejar ser, de disfrutar y contemplar. A veces pasa que descuimos esa parte y comemos por ejemplo: un kilo de chocolates. Ahí es cuando la fase del proceso que es "silenciosa" nos "pase factura".

En los momentos de crisis hay cosas que yo puedo hacer, elegir y otras que definitivamente me exceden. Esto lo digo porque a veces vivimos la sensación de "hacer nada" (con carga negativa) cuando en realidad venimos haciendo y nos enontramos en una fase del proceso que no requiere nuestra actividad voluntaria, ahora toca soltar y confiar en que el proceso seguirá su curso. En general estamos programados para "hacer", el soltar y confiar son actitudes que tenemos que recordar activando la paciencia. Claro esta etapa puede ser difícil de transitar, de digerir (volviendo al ejemplo) con inconvenientes varios.

Vivimos en un mundo en crisis, cada vez menos previsible, incierto. Podemos verlo como un gran enemigo o quizás como una gran oportunidad de desarrollo de las virtudes o cualidades de las que hablamos más arriba: desapego, confianza, paciencia, creatividad, atención y presencia.

María Paula

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